El Gobierno francés anunció que impondrá un «veto climático» al acuerdo de libre comercio entre la UE y Canadá (CETA), en vigor desde finales de septiembre y cuya aplicación pondrá «bajo vigilancia».
 

Varios miembros del Ejecutivo explicaron en conferencia de prensa que pedirán a la Comisión Europea que se cumplan reglas de «estricta reciprocidad» en materia medioambiental y sanitaria, lo que significa que las importaciones procedentes de Canadá deberán cumplir las normas europeas en esos terrenos.

El ministro de la Transición Ecológica, Nicolas Hulot, justificó el plan de acción para «poner el CETA bajo vigilancia» porque «hay una contradicción» entre el tratado y los «compromisos» adquiridos por Francia para limitar los efectos del cambio climático, en particular sobre el uso de combustibles fósiles.

El «veto climático» implicará que las disposiciones francesas para concretar esos compromisos climáticos «no puedan ser atacadas por un inversor» ante un tribunal de arbitraje.

Hulot insistió en que esta medida es coherente con la postura del presidente francés, Emmanuel Macron, en el sentido de que «en ningún caso debemos aceptar que se cuestionen nuestras reglas en materia sanitaria o medioambiental».

Fuente: https://www.fyh.es (25/10/2017)